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jueves, 19 de noviembre de 2009

Piratas y corsarios en O Grove

San Vicente do Grove fue atacado por los corsarios ingleses en dos ocasiones:

El 21 de Agosto de 1799, el cura don Diego Antonio Medina da testimonio del primer asalto al escribir en el libro de la Cofradía de dicha parroquia lo siguiente:

"En la noche del 21 de agosto de este año anterior al 99, un corsario inglés llamado Cristóbal Cristansenz, alias "El Perro", desembarcó debajo de esta casa (Rectoral) toda su tripulación, muy armados y prevenidos, subieron y robaron todo cuanto tenía el cura Diego Antonio Medina, que permaneció sólo en la casa, y muy próximo al degüello, quedando al fin con vida, pero muy herido y maltratado. De la iglesia robaron los mejores adornos que el cura y su familia habían condonado a este santuario, a saber, un cortinaje entero que servía de presbiterio, un pabellón muy rico, tres ramilletes de plata y uno de ellos sobredorado, un almohadón, el palio y capa plubial". (Continúa Medina relatando las limosnas que recibió para reponer el curato del saqueo de los ingleses).

El segundo ataque de los piratas ingleses se produjo el 9 de Julio de 1801. También manuscrito en el libro de la Cofradía:

"Que en este día nueve de Julio de este año de la fecha volvió otro corsario inglés a desembarcar en esta playa; no se supo el nombre del capitán que comandaba el bergantín (Tal vez por eso la creencia popular atribuyó el acto a Sir Francis Drake, quién había destacado como corsario durante el siglo XVI pero que llevaba más de dos siglos muerto cuando sucedieron estos hechos); súpose, por cierto, que Mariano Villafines, compatriota y paisano, los introdujo (El Mariano Villafines era del curato de Marín, según se averiguó después de pasado algún tiempo); en número de treinta y seis marineros y a la hora de las diez de la mañana, subieron y arrasaron el humilde equipaje del cura, cuya casa incendiaron; asolaron esta iglesia haciendo infracción de sus puertas que eran y son muy atrevidas; demolieron y pusieron en pequeños fragmentos todas las aras; hollaron y vulneraron las imágenes; talaron y cortaron el altar mayor. En la urna del Sagrario quedó clavado y quebrado el sacrílego acero". (Recordemos que los ingleses, además de corsarios pertenecían y pertenecen a la iglesia anglicana. Para ellos no suponía un problema de conciencia acuchillar las sagradas formas. Se asegura que el privilegio actual de celebrarse en esta Iglesia de San Vicente la fiesta del Sacramento en un día de semana y antes de la festividad del Corpus Christi, fue concedido precisamente como un desagravio por este acto de piratería. Y continúa el cura Medina relatando los hechos). "(...) de este segundo asalto nadie se compadeció, antes bien admiró y escandalizó a todos los pueblos comarcanos la indolencia e inacción de este vecindario que pudo rechazar la invasión al modo que hicieron los pueblos de Bueu y otros, a pesar de esta verdad sobresalió la clemencia del Sr. Don Pedro Joaquín de Murcia, Consejero de Gracia y Justicia..." (Continúa Medina relatando los donativos y regalos recibidos. Pero no dice que el pueblo se negó a salir en su ayuda por estar todo el vecindario enfrentado a él, por el estado de abandono y desatención en que tenía el curato, hasta el punto de tener su residencia en la parroquia de San Martín de O Grove y no en la de San Vicente).

Estos actos de piratería tan bien documentados no han sido los únicos puesto que a lo largo de los siglos, cientos de piratas y corsarios han pasado por estas tierras dejando un rastro de sangre y fuego. Así, tenemos noticias de que los Normandos, en sus intentos de atacar Santiago de Compostela elegían el camino de la Ría de Arousa, asolando a su paso O Grove. Como consecuencia de estas incursiones normandas se ha planteado la hipótesis de una huida en masa de sus habitantes y la completa o parcial despoblación de la por entonces isla meca, tal y como ya había ocurrido con la isla de Ons. Estos ataques normandos fueron muchos y variados: En el año 844, después de un fallido desembarco en A Coruña, asolaron la margen sur de la Ría de Arosa, incluido O Grove. Entre 856 y 861 volvieron a asolar toda la comarca. Les hizo frente el conde Don Pedro, con posesiones en A Lanzada y los derrotó en el 860 en una gran batalla, si no en O Grove, al menos en sus cercanías. En 968, una expedición danesa al mando de Gunderedo con más de cien barcos y varios miles de hombres, entró en la Ría de Arosa y permaneció por espacio de dos años en ella mientras preparaba el asalto definitivo a Compostela, que se produjo en el 970, en marzo. A lo largo de estos dos años asolaron la villa de O Grove. Esta invasión de Gunderedo fue el detonante para que se construyesen las Torres del Oeste en Catoira y la Torre da Lanzada, como fortificaciones contra otras eventuales invasiones. Sin embargo, a pesar de estas precauciones, los actos de piratería continuaron. Entre 1048 y 1066, el danés Ulf o Ulfo, conocido como "el gallego" por su prolongada actividad de saqueo sobre suelo galaico, volvió a traer el terror a la villa de O Grove.

No quiero dejar de mencionar también las invasiones de saqueo que durante el siglo XII realizaron los sarracenos.

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